Cómo saber si has encontrado a tu príncipe azul o si lo que sientes pasará en pocos meses? ¿Cómo reconocer si realmente es amor esa sensación de no poder vivir sin él?, o ¿cómo descubrir si aún lo amas cuando ya no necesitas pasar cada minuto a su lado besándolo y acariciándolo?
Para responder estas preguntas necesitas saber cuál es la diferencia entre el amor y la pasión para así descubrir qué está pasando dentro de ti.
Pasión explosiva
Como si llegara todo a la vez y estallara dentro de ti, la pasión trae fuertes emociones y una energía intensa que te lleva a sentirte en las nubes. Cuando él no está a tu lado, piensas en él de forma casi obsesiva y al volverlo a ver te invade una alegría inmensa, lo que muchos identifican como cosquillas en el estómago.
Amor calmado
El amor es un sentimiento profundo y estable, que se va formando con el tiempo y en la medida que conoces y compartes con la otra persona. Generalmente, se hace más fuerte con la convivencia diaria, generando que la presencia el otro sea algo normal y por lo tanto los fuegos artificiales que experimentaste al principio de la relación vayan desapareciendo.
Pasión devoradora
La excitación e impaciencia que viene con la pasión te puede traer sentimientos de inseguridad y celos. Esto puede pasar cuando alguien te gusta mucho pero lo conoces poco, ya que la pasión responde más a una reacción hormonal, a un impulso corporal y no a la razón.
Amor confiado
Una vez que conoces las virtudes y defectos del otro e igualmente lo quieres tal cual como es, entonces nace un amor donde también existe la confianza. Esto no te da la seguridad de que jamás vas a sentir celos, ya que dependerá de lo que se viva y de la personalidad de cada miembro de la pareja. Pero idealmente, el amor verdadero y bien correspondido trae seguridad.
Pasión corta
Hay estudios recientes que demuestran que la pasión sólo dura entre 12 y 18 meses. Esto puede parecer algo negativo si te encanta vivir como recién enamorada. Sin embargo, si vivieses todo el tiempo en una adoración obsesiva del otro, no pudieras concentrarte más que en tu pareja y descuidarías el resto de tu vida. La buena noticia es que si la relación no se acaba después del año y medio, seguramente esta pasión se transformará en sentimientos más profundos y tal vez en amor.
Amor duradero
Contrario a la pasión, el amor tiende a ser más largo y duradero ya que casi siempre viene acompañado con las ganas de pasar más tiempo con la pareja sin necesidad de terminar en un encuentro sexual. Esto no significa que disminuya el deseo, sino que nacen sentimientos más profundos que los llevará a tener metas en común.
Pasión impulsiva
Un momento de loca pasión te puede llevar a pensar que quieres casarte de inmediato porque no deseas perder a quien crees tu media naranja. La pasión, al ser tan animal, te hará actuar sin pensar. El problema es que hay grandes posibilidades de que al pasar el tiempo te arrepientas.
Amor sereno
Cuando sientes amor es muy probable que también quieras casarte o vivir en pareja, pero será una decisión basada sobre un conocimiento real del otro. El amor verdadero te da una dulce calma que te dejará pensar con tranquilidad lo que quieres en tu vida y te permitirá elegir de forma más acertada.
Pasión y sexo
Una de las razones principales que hace a la pasión algo delicioso de experimentar es que el sexo puede llegar a ser excelente. Claro está que para eso se tiene que sumar la química de la atracción con la compatibilidad en la cama. Ahora bien, no confundas la pasión con el deseo sexual, ya que también se puede sentir pasión en otras áreas de la vida como el trabajo, o con un pasatiempo.
Amor y sexo
Si no sientes las llamas de la pasión que experimentabas al principio de la relación pero igualmente tienes deseos sexuales por tu pareja, no te preocupes. El amor trae calma y conocimientos que también pueden ser positivos. La relación sexual puede hacerse más profunda y placentera cuando ambos se conocen bien y saben cómo complacer al otro. Eso sí, no te descuides y busca la manera de encender la pasión de vez en cuando con una cena romántica o una cita sorpresa. Recuerda que con los años de convivencia se puede caer fácilmente en la rutina.
Por María Elba Morales.