Nuevo artículo - Disfunciones sexuales -




Las disfunciones sexuales pueden tener su origen en dos tipos de factores: físicos o psicológicos. Difícilmente, en psicología, hablamos de “causas” que provoquen los trastornos, pues deberíamos demostrar científicamente esta relación causal; así que hablaremos de factores.
Muchas personas olvidan que algunas drogas, medicamentos, ciertas intervenciones quirúrgicas y algunas enfermedades son factores físicos decisivos para la aparición de determinadas disfunciones sexuales.
Pero los más comentados y seguramente los más comunes son los factores psicológicos, tales como el estrés, la baja autoestima, la ansiedad anticipatoria (miedo y nervios antes de la relación sexual) y las falsas expectativas, basadas en la falta de información y en tomar la ficción (películas de contenido pornográfico o erótico) como modelo de realidad. Cabe matizar que el visionar películas, tal y como sucede con los juguetes y artículos eróticos, nos ayudará siempre a la hora de mejorar nuestro repertorio sexual y abrirnos a nuevas experiencias; el problema aparece si se toma el contenido de las películas como el modelo de sexualidad a conseguir, o como el paradigma de normalidad en la pareja (sexual), sobre todo en personas jóvenes, con poca experiencia sexual. Entonces la persona sufre ansiedad si su respuesta o la conducta de su pareja sexual no se asemejan a lo visto en la ficción.
Finalmente, debemos destacar los también llamados factores que determinan la aparición o el mantenimiento de una disfunción sexual. Pondremos un ejemplo: Patricia se siente un poco acomplejada por su físico (unos kilos de más, una cicatriz, etc.); este sería un factor predisponiente, en tanto que le hace sentir ansiedad y poca seguridad en sí misma, lo cual la predispone a no soltarse o a analizarse negativamente en las relaciones sexuales. Durante unos días, no consigue alcanzar el orgasmo con su pareja, por los motivos que sean, que no los reconoce en ese momento (estrés, casualidad, altibajos hormonales, etc.). Éste sería el factor precipitante, porque provoca el malestar en ella y en su pareja, pues la relación sexual no es tan satisfactoria. Supongamos ahora que su pareja, lejos de ayudarla a relajarse y quitarle importancia, empieza a cuestionarla y a preocuparse en exceso; éste sería un factor de mantenimiento, puesto que aumenta la ansiedad de Patricia ante las relaciones sexuales y, por tanto, tiene más difícil el conseguir ese anhelado orgasmo.
Esto es, a grandes rasgos, lo que todos deberíamos saber para entender un poco mejor el porqué de las disfunciones sexuales, entendidas como “la alteración persistente de los patrones normales de interés o respuesta sexual”; siempre entendiendo como anormalidad aquello que nos causa malestar, sufrimiento y conflicto, con nosotros o con nuestra pareja sexual.