No se requiere de lencería cara ni elaborados escenarios avivar la llama de la pasión. A veces es cuestión de relajarse y buscar reconectarse con las cosas más simples.
Asume por día... que tu pareja no es tan crítica de tu cuerpo como tú. Los hombres no son tan severos como lo eres tú con tus libritas de más – reales o imaginarias – ni tampoco se preocupan por la celulitis.
Desconecta la tele por una semana... a manera de experimento.
Un baño... o ducha juntos, a ver dónde los lleva.
Vuelvan al tiempo de las citas... cuando hablaban por horas en un café, se besuqueaban en público o salían a dar una caminata.
Un día a la semana... fíjenlo para llegar más temprano del trabajo y no hacer ninguna tarea del hogar.
Una llamada ese mismo día... en la que te dedicas a flirtear.
Tiempo juntos... dedíquense un fin de semana. Habla con familiares o amigos que cuiden de tus hijos y ofrece devolver el mismo favor. Busca las ofertas en viajes o lugares fuera de temporada si el presupuesto es un problema. No se trata del lugar ni el lujo, sino de tomarse un tiempo para relajarse y disfrutar la compañía de cada cual.
Fantasías... preguntaros cuales fueron o son vuestras fantasías actuales, dejaros llevar por ellas y disfrutarlas porque no dejan de ser fantasías...